Comunidades Organizadas: Club Social y Deportivo Juventud de Villa Elsa
Un club de barrio puede significar familia, amigos y un lugar donde el sentido de pertenencia se afinca en los corazones de las personas que lo frecuentan. El club Social y Deportivo Juventud de Villa Elsa nos mostrará que hace honor a ello.
En la calle 1° de mayo 1159, Quilmes Oeste, se levanta la inmensidad del Villa Elsa. Un edificio de tres pisos con un restaurante – comedoren la vereda que continúa en la parte de la entrada. El cuidado y limpieza se nota en cada rincón del lugar, e impresiona el flujo continuo de personas que entran y salen del club.
Allí nos esperan Rubén Fuente (Tesorero), Oscar Ramos (Sec. Actas) y Gladys Manzorata (pro tesorera), ellos son parte del proyecto para un centro de jubilados en el club, y nos brindan una cálida bienvenida que nos predispone a emprender una charla entre cuatro en la que cada uno expresa sus vivencias y su sentir.
“Yo tengo 66 años y este club nació en 1940 y mi abuelo fue padrino del club. En el 83´ fui presidente, y en el 84´armamos la canchita del club porque esto era un baldío, ya que el club no se encontraba en esta dirección, estaba en Vélez Sarsfield y 12 de octubre y después en otro lugar antes de llegar acá”. Arranca Rubén.
“Siempre con la gente del barrio se fue construyendo esto que ves hoy acá, con nuestro padre, primos, gente ya ha fallecido”. Continua Gladys. “Fue un proceso de crecimiento en el que todos pusieron algo. Pasaron buenos presidentes que dejaron cosas buenas, tiempo de su vida. Y uno va creciendo internamente cuando hace cosas por el otro”. Cierra Rubén.
“Yo crecí en este barrio, tengo 64 años. Todas mis primas festejaron sus 15 años en club que estaba en 12 de octubre y Vélez Sarsfield y hacían los bailes de carnaval con los que íbamos con toda la familia. Estuvo Sandro con los del fuego y Palito Ortega. Eran los años 60’ y le decíamos a Sandro que no zapatee mucho el escenario porque era de madera y teníamos miedo que se rompiera (risas). Explotaba gente y era toda la familia, los padres de todos nosotros, nuestros hermanos y nosotros”. Exclama Gladys con euforia.
Es una conversación de amigos que recuerdan anécdotas imperdibles, y en la que soy un privilegiado espectador: “Hoy los tiempos cambiaron, los chicos vienen por el deporte y las actividades, capaz que vienen de otro lado, de escuelas privadas para hacer actividad física, y nosotros los jubilados caminamos los lunes, miércoles y jueves de 10 a 11 hs hacemos la caminata” Agrega Oscar, y continúa: “Yo nací en este club, pero luego tuve un tiempo largo sin participar porque me mudé a otro lugar. Y hace un tiempo atrás gracias a dios fui invitado por la gente de acá y me agrupé de nuevo para tratar de formar el grupo de centro de jubilados”. Cierra.
“Tenemos un presidente que es un lujo, Luis Luín se llama, muy dedicado, la verdad es un fenómeno. Esto siguió funcionando durante la pandemia y hoy no se le debe nada a nadie, todos los impuestos al día. Y todo generado por ellos con alquiler del salón y las diferentes actividades que hay”. Agrega Rubén.
“En el primer piso los chicos hacen taekwondo, gimnasia en el segundo piso, después hay otro recinto que es para yoga y pilates. En el tercer piso vienen profesores a enseñar, hay clases de tango y americano, y también se utiliza para todo tipo de fiestas. En la cancha de fútbol de acá abajo se hacen todo tipo de campeonatos de fútbol”. Nos dice Gladys, y continúa: “Estamos armando un centro de jubilados que se oficializa en diciembre a través de las autoridades del club, y nosotros pasamos a formar parte oficialmente de ello. Incluso el club nos va a dar los abogados, los contadores y demás como para que ellos puedan armar el estatuto para que quede todo de forma legal”. Finaliza.
La zona donde se ubica el Villa Elsa es de una clase media donde la prioridad pasa por las actividades, por la variedad de ofertas que ofrecen tanto para niños como adultos. Es un club que nació como familiar pero hoy concurren de varios barrios de Quilmes: “De este club salieron muchos jugadores de fútbol por lo que es muy conocido en la zona, entonces se acercan no solo los del barrio, sino que vienen de otras partes”. Dice Oscar. En ese momento se acerca un señor que trae a su nieto a fútbol, y ante la consulta de Oscar desde donde trae a su nieto dice desde barrio Parque, lo que confirma lo que estaba diciendo.
Gladys, Rubén y Oscar siguen en este camino que los unió de por vida al club, y siguen soñando: “Si yo tengo un sueño para este club es que algún día se pueda comprar la casa de la esquina si se pueda construir una pileta de natación, sería lo único que le faltaría al club. Y si nosotros vamos a convocarnos en un centro de jubilados desearía que alguien lo pueda continuar. Que ese centro de jubilados esté siempre unido al club como anexo porque siempre estábamos acá. Éramos amigos de la barra de chicos y ahora estamos volviendo todos los que estábamos en esa barra que jugábamos al carnaval en la calle o en los bailes a la noche del club Villa Elsa, las novias y los novios (risas). Y ahora nos venimos a reunir en esta edad y yo soy la más joven de este grupo”. Cierra Gladys despertando las risas en todos.
“Yo no tengo una proyección a futuro, pero sí, concretamente, nos ocupemos de la parte cultural para que la gente no solo pueda hacer deportes, sino también de la parte cultural como tener un cine. Aquí pasamos en el 84 ́la película “Alíen, el 8° pasajero”, y en esa época apuntábamos a lo cultural. Entonces prefiero eso a la lotería porque los jubilados, si bien puede ser un divertimento, me parece más interesante generar conversaciones, ver qué le pasa al otro y lugares de reencuentro. Toda la parte interna de las personas me parece fundamental”. Concluye Rubén.
“Todos pensamos más o menos lo mismo, algunos quieren llegar de una manera y otros de otra, pero emplearemos todas las maneras. Hay muchas personas que después de la pandemia quedaron aisladas de todo, familia e hijos. Hay gente que viene acá que tiene necesidad de conversar, de estar acompañado (se emociona hasta las lágrimas). Lo estamos viendo a diario en nuestro grupo de WhatsApp en donde nos saludamos a diario y a veces nos tenemos que dar cuenta que un saludo diario puede ser muy importante. El juntarnos, aunque sea para una comida es fundamental porque nos encontramos. Nos vemos” Finaliza Oscar totalmente emocionado.
Estas tres personas hablan y se mueven en “tándem” y no hay contradicciones. Pueden hablar de la década del 60, o de la actualidad, pero los tres hablan de lo mismo. Se conocen con solo mirarse y por eso expresan con palabras un sentimiento que se forjó en un mismo sitio. Nos llevamos eso de este lugar; el sentir de amigos, de familia. Esa sensación de bienestar que nos hicieron sentir solamente habla de ellos, y del “Villa Elsa”.