Comunidades Organizadas: Hogar Paraguayo Eusebio Ayala
El Hogar Paraguayo “Eusebio Ayala” es un lugar con historia, con costumbres y anécdotas que merecen ser contadas. Hasta allí fuimos para encontrarnos con gente que nos abrirá sus puertas y sus corazones. Que nos demuestra, una vez más, que el sentido de pertenencia va mucho más allá del lugar y nos revelarán el significado de sus ancestros.
En la calle 8 N.º 3475 1884 en Berazategui se encuentra el Hogar Paraguayo. A las 13:30hs llegamos al lugar y cuando entramos un aroma muy familiar nos invadió, en una mesa grande se encontraba un grupo de cuatro personas almorzando. Como no podía ser de otra manera para esta gente nos invitaron a compartir la mesa a lo cual accedimos. Enseguida nos sentimos parte y fuimos descubriendo entre charla y charla que a su calidez se sumaba la experiencia, el orgullo por logrado y una especie de melancolía y respeto por sus antepasados que lograron levantar estas paredes.
La presidenta de este hogar se llama Honoria Villalva, que nos va contando con lujo de detalle los inicios del lugar: “Allá lejos y hace mucho tiempo, un 9 de noviembre de 1952, varios paraguayos que habían emigrado de su país se nuclearon en la provincia de buenos aires, y ahí añorando un poco el terruño, la falta de comunicación entre ellos y entre muchas falencias se reunieron aquí personas como por ejemplo el sr. Reinaldo de Jesús Calonga, Miguel Ángel Sosa, Carlos Cartes, Arnaldo González entre otros tantos paraguayos que se habían juntado donde cada domingo se reunían para formar un grupo de amigos. La necesidad de nuclearse como paraguayos dieron lugar a la fundación y se denominó “Hogar Paraguayo”. Hogar porque se sentían cercanos, como una familia, y significaba como una casa para cada uno de ellos. El nombre elegido fue Eusebio Ayala. En su gran mayoría eran constructores, así que deciden comprar los terrenos donde hoy está establecida nuestra querida institución”. Afirma Honoria.
Es sorprendente la claridad, la memoria y el sentimiento con la que esta presidenta describe cada hecho sucedido aquí: “Cada fin de semana, cada feriado, en cada oportunidad que había y poniendo lo mejor de su dignidad y esfuerzo fueron construyendo esta hermosa institución”, y continua; “Varios fueron los presidentes que fueron ocupando cargos en la comisión directiva. El primer presidente del lugar fue Juan Alberto González. Y en el año 2019 se reúne la comisión directiva y se decide hacer un cambio, y desde allí que soy la primera mujer, paraguaya, que ocupa el lugar de presidenta en esta institución”. Relata con un brillo en los ojos que delata la emoción que compartimos; “Fue todo un desafío, me sentí plena por ocupar semejante cargo porque hay una trayectoria de tantos señores aquí que realmente gracias a la comisión directiva que tengo detrás mío, que trabajamos en conjunto, no podría hacerlo sola. Así que agradezco siempre a la comisión que me alienta, que apoya y acompaña en cada acontecimiento y siempre juntos”. Finaliza.
En el Eusebio Ayala hay clima de alegría porque nos están contando su historia, su vida. Y como en toda historia, hay de las buenas y las no tanto. Esta “familia” debió luchar, como todos, con la pandemia; “La pandemia del 2020 frenó muchos proyectos, inquietudes y anhelos que teníamos en mente y también en varios escritos. Así que tuvimos que luchar frente a eso porque la institución estuvo cerrada 10 meses. Posteriormente con la flexibilización fuimos empezando nuevamente a trabajar con varias cosas pendientes que quedaron en el camino”. Relata con algo de desanimo, pero remarca; “Todo eso no fue un motivo para dejar caernos. La lucha continua y hay mucho trabajo que realizar aquí”. Cierra con firmeza.
El lugar cuenta con un hall de entrada amplio, salones donde se dictan clases, una cocina muy grande, un espacio abierto donde está la cancha de futbol y que tiene un lateral donde se construirá un segundo piso para una parrilla, y en la planta alta existe un salón de fiesta inmenso con un escenario decorado. Los colores y cuadros con menciones a sus antecesores están por todas las paredes. En este lugar se recuerda a cada persona que hizo de este lugar el suyo ya sea con un cuadro, foto o una placa. Es indistinto porque para estas personas todos fueron importantes.
Honoria nos cuenta un poco sobre las actividades que se desarrollan en el lugar: “Tenemos una escuela en la parte cultural, escuela de adultos, tenemos FINES, y luego hay varias actividades como por ejemplo teatro, grupo de tango, taekwondo, Wing Chun, tenemos unas masajistas que trabajan aquí, hay zumba. Aunque dimos de baja varias actividades seguiremos sumando con mucho entusiasmo y fe, como siempre”
Como todas las personas que integran este lugar sigue planeando y proyectando a futuro un hogar donde los jóvenes tomen la posta y poder transmitirles el sentimiento que todos llevan aquí, así los describe: “Mi mayor anhelo sería que los jóvenes se vayan integrando, ya que el tiempo inexorablemente sigue su curso. Todavía nos sentimos fuertes para hacer muchas tares, pero el tiempo va transcurriendo y necesitamos personas jóvenes que se vayan integrando a la comisión directiva para trabajar en un futuro, a los cuales estaremos apoyando, sosteniendo y acompañando”. Finalizó.
El Eusebio Ayala es un lugar con mucha tradición, historia y anécdotas que desbordanel lugar, pero dentro de los objetivos de todas las personas que trabajan aquí hay uno en el que ya están trabajando, y consiste en adecuar el lugar a los tiempos que corren, vincular un espacio importante con lo que hoy requiere la juventud. Por eso hablamos también con Eder Verdún, que es un socio joven que tiene el empuje que se busca: “Yo hace muchos años soy socio del lugar, vinculando con el municipio ya que tengo la posibilidad de acompañar al Dr. Mussi (intendente de Berazategui), trabajando con todo lo que es el tema de la conectividad y hermanando a inmigrantes y compatriotas, y obviamente para mi este hogar, como paraguayo que soy, este lugar es mi casa”. Relata con orgullo, y continua; “Esta es una institución que va a cumplir 70 años, y hay un traspaso generacional que se debe hacer y en ese sentido también estamos acompañando para que día a día se fortalezca la institución. Yo como socio y paraguayo felicito a Honoria y a toda la comisión por el esfuerzo que hacen por sostener nuestra cultura”. Afirma.
Eder tiene 38 años y ve la conexión y el apoyo del municipio como algo primordial; “Hoy por hoy hemos gestionado muchas obras y el apoyo del municipio siempre estuvo. Con todas las colectividades y el hogar paraguayo siempre dijo presente. A mí me toca vincular, armar y estructurar. Entonces ahora vamos a realizar la campaña de empadronamiento para todos los extranjeros. Vamos a tener la campaña de vacunación para la gripe y neumonía y de a poco esto vuelve a tener el brillo que alguna vez supo tener”. Asegura.
“Hoy tenemos varias actividades donde se convoca a los jóvenes, desde el municipio se está armando un espacio ya que los jóvenes cada vez están más ausentes, por lo tanto, hay que atraerlos con situaciones que les generen algún beneficio. Debito a la pandemia los jóvenes que debías salir a buscar trabajo a los 18 años lo hicieron a las 21, con una oferta laboral inexistente. Entonces de nosotros debemos abocarnos al perfeccionamiento técnico, capacitaciones, trabajos de contención y de formación. Tenemos un espacio enorme y hermoso para realizar ese trabajo” Finaliza.
Eder es la cara de la renovación, y su trabajo aquí es tan importante e influyente que no parece, y no lo es, un simple socio del Hogar Paraguayo: “Yo le dije a Federico López (secretario de cultura del municipio) que tenemos que apuntar si o si a la era tecnológica. Mi deseo como docente y futuro ingeniero, es una capacitación sobre las nuevas tecnologías. Los chicos hoy manejas equipos con tecnología desde los tres años, entonces ahí es donde debemos apuntar”. Finaliza sin dejar dudas de su camino a recorrer.
Nos vamos de este lugar con varias certezas (además de una exquisita sopa paraguaya y unas chipas deliciosas), pero la principal es que los orígenes de cada uno son el principal sustento de un estilo de vida. Esta gente hizo suya esta tierra, pero no olvidan y enaltecen sus raíces, construyen, trabajan, enseñan y viven a través de lo que aprendieron de su tierra consiente de que hoy es un mundo distinto, pero al amor y el respeto por su gente no la negociarán jamás.
Claudio Calleros