Comunidades Organizadas: Club Social y Deportivo Villa Lujan
Seguimos recorriendo los barrios de Quilmes donde estamos visitando Centros Culturales, Sociedades de Fomento y clubes deportivos en los cuales existen distintas problemáticas que abarcar.
Las mencionadas entidades cumplen un papel fundamental en la sociedad. Esta vez fuimos hasta el Club de Fútbol “Villa Lujan”, allí nos empaparemos de diferentes realidades que llegan a los más profundo.
Villa Lujan es un barrio que se encuentra asentado sobre La Ribera en el Partido de Quilmes. Esta es una región de bañados compuesta por una serie de arroyos y canales pertenecientes a la cuenca Hídrica Vertiente Río de la Plata Superior. El Club social y deportivo Villa Lujan se encuentra en la calle 25 de mayo, entre Lora y autopista. Cuando nos dirigimos hacia el lugar es notorio el contraste que comienza a notarse desde el momento en cruzamos la calle Mozart. A partir de allí las necesidades de este barrio están a la vista, nos sentimos observados como buen foráneo, y entramos al club con incertidumbre y expectativas. Pero desde el momento que entramos al Villa Lujan se despejan todas las dudas. La cálida bienvenida se ve más en los gestos que en las palabras. Gente en movimiento constante, trabajando, haciendo.
El sol radiante de las 16hs pega sobre el campo de juego, que luego de las lluvias puede retomar los entrenamientos de las diferentes categorías. La alegría de niños de no más de 7 años es notoria y el entusiasmo y la dedicación que los entrenadores hace que uno no pueda dejar de observar los trabajos empleados.
Allí nos recibe Facundo Paredes, delegado de dos categorías, delegado general del club y miembro de comisión directiva. Duda en un principio sobre que hacíamos en el lugar, pero luego le rienda a sus palabras; “Empezamos en el 2019, pero por la pandemia no pudimos realizar ninguna actividad, solo funcionábamos como comedor y olla popular. Cuando se liberó un poco comenzamos a realizar actividades semanales de lunes a jueves, y ahora estamos funcionando como club, con reconocimiento municipal y estamos tramitando la personería jurídica”. Asegura, y continua; “Tenemos desde la categoría 2008 de 12,13 y 14 años hasta la categoría 2016 que arrancan desde los 6 años. Por el momento tenemos esto, pero queremos agregar futbol femenino, porque hay mucha demanda en el barrio y lo vamos hacer. Nosotros estamos en la liga seis de los sábados que pertenece a la liga municipal”.
“Aquí por el momento en lo que es deportes solo hacemos futbol porque arrancamos este año, pero después realizamos otras actividades de contención como apoyo escolar. El futbol en realidad es un pretexto como para sacar a los chicos de la calle. Nuestro rol principal es que los chicos hagan deporte, que tengan una merienda, sacarlos de la calle para que no tomen el camino equivocado” Afirma Facundo. En esta última declaración es donde entendemos que hacen estas personas en este lugar. Son del barrio y trabajan para los chicos del barrio, porque creen en el crecimiento barrial.
“Es una satisfacción saber que los chicos salen de la escuela y en vez de estar en la calle viene para el club de su barrio. Pero también está el tema familiar que es muy complejo, por la situación que estamos viviendo, estamos en un barrio humilde de todas familias de laburantes, pero nosotros los salimos a buscar, no esperamos que nadie nos traiga nada. Si necesitamos una olla, caminamos. Si necesitamos los recursos para una merienda, caminamos. Acá les abrimos las puertas a todos y cuando necesitamos recursos salimos a caminar y gracias a dios casi siempre encontramos respuestas”.
La frase “salimos a caminar” aún retumba en mis oídos, porque difícilmente Facundo pensó en el momento que decía esas palabras la contundencia y el significado que tienen. Porque significa esfuerzo, dedicación, compromiso y pone en el pedestal otro gran valor, que es trabajar para el crecimiento y el valor de un otro.
Mientras habla Facundo no puede evitar hacer con su mirada un paneo constante de lo que sucede en el lugar, los pequeños se acercan y le hacen preguntas, y siempre contesta rápido las preguntas ya que tiene que seguir trabajando. Tiene en sus manos lista una bandeja con cal y agua para volver a marcar las líneas de una cancha de fútbol, sin pasto, que fue borrada por las lluvias.
“Acá intentamos siempre de contagiar energía positiva, no pasa porque si te gusta o no esto. Intentamos transmitir lo que hacemos acá que es más que un club de futbol. El mensaje llega desde adentro. Por eso aspiramos a que esto siga creciendo, que funcione como un polideportivo municipal cerrado porque acá no hay nada de eso. Este lugar es oro para nosotros y soñamos que un día esto funcione como merendero, que tenga talleres, que haya música. Que sea social, cultural y con el deporte adentro. Con esas tres ramas vamos por el buen camino y se es nuestro objetivo de máxima” Cerró Facundo, antes de salir corriendo para seguir con su espectacular obra.
Antes de irnos quisimos hablar con Yamila Herrera, presidenta del Club Social y Deportivo Villa Luja, que cumple un rol más social y de contención en este club; “yo acá hago de todo, me encargo de los chicos, la limpieza, las compras. Trato de que a ningún chico le falte nada, lo que sea, medias, canilleras o zapatillas trato de conseguirlo”, arranca. Y al igual que Facundo, no hay ningún impedimento para seguir en esta lucha. Sabe que con ese descomunal esfuerzo que hacen aquí pueden obtener resultados, aunque a vecen no alcance.; “Gracias a dios pudimos comprar una cocina y una mesada, es un esfuerzo muy grande y cuando vemos a los chicos acá adentro es una satisfacción muy grande. Nuestra verdadera lucha pasa por ahí, sacar a los chicos que puedan caer desde una temprana edad en la droga.” Asegura.
“Tengo 28 años y esto lo empezamos desde cero. Esto era un campo donde había un criadero de chanchos, y ver todo los que hicimos hasta ahora es increíble. Acá estamos todo el día, estamos con los chicos y a veces es muy difícil porque nos damos cuenta de la realidad cuando hay chicos que repiten la merienda y piden para llevarse a su casa. Bueno, acá tratamos de realizar esa contención al menos desde este lugar”. Cierra Yamila con un dejo de tristeza, pero segura del camino que está recorriendo.
Ahora si, nos vamos con esa sensación de haber descubierto algo que no imaginábamos, como encontrar una perla. Estas increíbles personas que visitamos hoy valen más que cualquier pacato que aparece por TV o cualquier ídolo de fantasía impuesto por los medios. Ese abrazo a estas personas no me animé pedir, pero que tenía tantas ganas de dar, me hace pensar de lo valiente que son y de lo tan pequeño que soy, porque ante tanta adversidad ellos no temen, ellos van por su sueño, y al menos en este mundo, nadie se los negará.