Comunidades Organizadas: Centro Cultural Tita Merello

Comunidades Organizadas: Centro Cultural Tita Merello
Visitamos el “Centro Cultural Tita Merello” en el barrio de San Francisco Solano. Allí conoceremos el corazón, la experiencia y la garra que le ponen a un barrio con distintas necesidades.

Este Centro Cultural está ubicado en la calle 838 al 2184 en San Francisco Solano, un lugar que sabe de necesidades y postergaciones, y cuando vamos llegando al “Tita Merello” nos invade una sensación conocida, cálida y fraternal, es como si estuviéramos llegando a la casa de algún amigo o familiar. Nos invitan a conocer su casa, y orgullosos, nos van mostrando cada esquina, como si nos mostraran las fotos de parientes que hace mucho no vemos.

Allí mismo fue que pudimos conocer y hablar con Alejandra Olmedo y Julio Tejerina. Ellos nos contaron como empezó ente sueño llamado “Tita Merello”; “La fundación de este Centro Cultural fue el 3 de agosto de 2019 con muchos sueños y perspectivas. Yo no soy de Solano, vivo en Ezpeleta, pero el desafío era abrir un Centro Cultural aquí, en Solano. Luego el 14 de septiembre se sumó el patio cervecero dónde vendemos cerveza artesanal y comidas caseras. Esto es nuestro sustento que sostiene todo lo que hacemos aquí. Así que pandemia mediante estamos por cumplir tres años ya”. Afirma Alejandra, sabiéndose una sobreviviente de una larga cuarentena que hizo mella en todos.

“Yo vengo de una experiencia en otro espacio donde aprendí un montón de cosas con respecto a lo cultural” continuo, “y cuando salió la oportunidad de abrir este Centro aquí no lo dude porque quería aplicar todo lo aprendido”. Aseguró.

Julio observa a Alejandra y asiente cada palabra, como si hubiese una simbiosis implícita que no hace falta explicar, y lo deja bien en claro cuando habla del barrio; “yo estoy desde hace un año cuando se formó una nueva comisión. Pero estoy en este barrio desde que nací, mis viejos llegaron en el año 60 y lo que prima por acá son los clubes de fútbol, dónde se desarrollan actividades deportivas y por ahí algún fin de semana alguna actividad cultural. Pero ninguno tiene la particularidad del Tita Merello porqué aquí tenemos diversos talleres” y continúa, “Yo vengo de la experiencia de organizaciones sociales durante más de una década, y me sumo a esta propuesta porque amo profundamente a este barrio. Yo tengo 48 años y pasé toda mi juventud y adolescencia en un contexto con muy pocas propuestas para la juventud, que eran los boliches o las esquinas. Entonces cuando conocí este lugar, charlé con Alejandra y ví la posibilidad lo primero que se me vino a la cabeza fue pensar que distinta hubiese sido la adolescencia para mí y mis amigos si hubiese existido un lugar como este. Si hubiésemos tenido por ejemplo la posibilidad de estar sentados en una mesa observando a chicos haciendo stand up, pintura y otras cosas que ofrece el arte que no hay en un club deportivo por ejemplo”.

Y profundiza aún más; ” Solano parece llevar siempre ese estigma que está relacionado con las páginas policiales, lo malo y feo, lo violento. Entonces era una manera también de poder contar que habitan cosas hermosas como las que ocurren acá, que también es una realidad. En ese sentido nosotros decidimos dar esa batalla cultural”. Asegura Julio con un sentimiento que invade a todos los que escuchamos sus palabras.

El mensaje es claro y contundente; en este lugar se pelea día a día con la adversidad. Un chico que no está en la calle y está en un taller del Tita Merello mirando un Van Gogh, es una copa del mundo ganada, y así lo expresa Alejandra con lágrimas en los ojos que nos contagia a todos; “En el trascurso de estos tres años ví pasar muchos chicos y adultos también que los vemos en los diferentes talleres dónde vamos viendo esa transformación que es maravillosa. Esas cosas pasan acá, en este lugar”. Concluye Alejandra, y continúa Julio; “Es más que un hecho cultural. Bueno vos podes verlo en nuestras paredes, todas estas pinturas tienen que ver con nuestra identidad, con lo cotidiano que hacemos aquí. Nada es simbólico, porque lo que hacemos día a día aquí lo vemos materializado” Cierra.

El Tita Merello es un centro Cultural dónde brotan los talleres, dónde los libros están a la vista y al alcance de cualquiera, y no dudan, los talleres son su orgullo; “Tenemos alrededor de 13 talleres, tres modalidades de arte, dibujo y pintura que se dividen por edades. De 4 a 7 años, de 7 a 13 en dibujo, y también de 7 a 13 en pintura. También tenemos diseño de indumentaria, canto, violín, porcelana fría, decoración de tortas, tejidos que incluyen crochet entre otros. Siempre les decimos a los profesores que no nos queremos enterar que algunos de los chicos dejan un taller porque no puede pagarlo. Los aranceles de los talleres son super accesibles y buscamos que los profesores se lleven su ´manguito´ a casa y que todos los niños los puedan realizar”. Afirma Alejandra.

“Todos estos talleres ocurren de lunes a sábado, y viernes y sábado a la noche funciona el Patio Cervecero que es nuestro sostén. Nosotros no somos propietarios, tenemos un contrato de alquiler, los servicios y también contratamos un servicio de emergencia. El Patio Cervecero sostiene gran parte de esto como los talleres, pero nuestro norte es ese; el Patio Cervecero puede desaparecer, los talleres jamás” concluye Julio con seguridad.

“Tratamos de ayudar a los profesores de los talleres comprando elementos como un teclado para la profesora de canto, 13 atriles, materiales para dibujo y pintura, el equipo de sonido porque en el patio cervecero convocamos bandas locales y también para todo tipo de artistas, porque nos parece aberrante que los artistas de la zona no puedan tener un lugar donde expresarse porque donde vaya les quieren cobrar una fortuna. Entonces nos parece importante que sepa que aquí tienen un espacio, su espacio”.

La vida y el compromiso social de estas personas los trajeron a este lugar, es su lugar en el mundo, y sueñan en grande: “Mi sueño máximo es que los vecinos y las vecinas se sientan identificados con este espacio, que lo tengan como referencia y que sepan que acá tienen un lugar donde vamos a tratar siempre de encontrar una solución a las diferentes problemáticas que puedan existir. Que este lugar se llene con nuestros vecinos, para mi sería un sueño”. Finaliza Alejandra.

Y concluye Julio: “Definitivamente, que se embanderen con nuestra cultura, pero con un aspecto militante porque a veces se confunde las buenas acciones que uno pueda tener con la dadiva, y nada tiene que ver lo nuestro con eso. No nos moviliza la lastima de nadie, nosotros tenemos bien en claro que luchamos contra la corriente, pero seguimos luchando. Nosotros soñamos también que el estado se comprometa más con la cultura, y llamamos también a todos los centros culturales a una unidad, militamos por eso, aunque no tengamos todos las mismas características, seguramente son más las cosas que nos une que las que nos separa, así que también luchamos por eso”

Nos vamos del Tita Merello con la misma sensación con la que llegamos, ese ambiente familiar que no nos abandona hasta el último instante en que cruzamos la puerta es seguramente el mayor de sus valores, porque las ganas de seguir quedándote en el lugar, es lo que nos lleva a pensar que su trabajo va más allá de un taller, y que su lucha sin dudas hace mella en sus destinatarios.

Claudio Calleros

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