El que se enoja ¿Pierde?

Ayer asistimos a un hecho no solo lamentable, sino también a un signo de los tiempos.
El asesor Presidencial VIP, Santiago Caputo, después de un lamentable cruce en el medio de la
Asamblea Legislativa, con el Diputado Facundo Manes, de la UCR (no les voy a contar que paso por
que ya lo vieron por todos lados) fue esta especie de monje negro del gobierno que es Caputo,
encara y apura a Manes en los pasillos del Congreso, a la vista de todo el mundo, como si fuera
que es el macho de América.
Me voy a guardar para mí, lo que hago con ese payaso si me lo cruzo en la calle, aunque dudo que
ande caminando por ahí, y me quedo con el análisis de por qué pasa los que pasa.
Ya se zarparon amenazando al Gobernador de la Pcia de Buenos Aires, en público y con exigirle la
renuncia.
Ahora se zarpan con un Diputado de La Nación y encima en su casa.
Volviendo a lo importante, y no que lo que paso no sea importante.
Si vos no tenes consecuencia de tus actos, lo más probable es que escales en las cosas que haces,
sobre todo en las incorrectas, ya que crees que o va a haber ninguna consecuencia, no va a haber
castigo, es más
podés creer que lo que estás haciendo está bien, ya que serias como una especie de
todopoderoso.
Durante un año de gobierno no hubo nada que le pudieran o quisieran frenar a este gobierno,
desde la ley bases hasta el Decreto 70/2024, que todavía está vigente, los recortes a las
jubilaciones, las mentiras de los números de la economía, el despido de estatales, el no reparto de
la comida por parte del Ministerio de Capital Humano, no hay ni hubo ninguna consecuencia.
Como, si a vos nadie te pone un freno, no vas a creer que estás haciendo bien las cosas, y más allá
de funcionarios trasnochados, o inútiles con un poco de poder, hagan una de más y se pasen dos
pueblos, si eso no trae ninguna consecuencia, seguirán en ese camino.
30 mil, compañero desaparecieron y otros murieron durante la dictadura cívico militar para que,
junto con otras luchas, finalmente en el 1983, recuperásemos la Democracia.
Le pregunto a nuestros dirigentes y a nosotros también:
¿Se la vamos a dejar tan fácil a estos?