Comunidades Organizadas: Sociedad de Fomento Villa Antártida Argentina
El sentido de pertenencia es la identificación subjetiva que un individuo experimenta respecto a un grupo, una organización o una comunidad, en donde se siente cómodo, bienvenido y/o aceptado, es decir, en donde siente como en casa. En la Sociedad de Fomento Villa Antártida Argentina se experimenta ese sentimiento a flor de piel.
El “Antártida Argentina” se encuentra en la calle Juan Cruz Varela 183, Quilmes. El lugar está a unas pocas cuadras entre Av. Mitre y Av. Hipólito Yrigoyen, y a unas diez cuadras del estadio del Club Atlético Quilmes. A las 17:30hs puntual se concertó una entrevista con Orlando Otero, el presidente de la Sociedad de Fomento. Al ingresar al lugar notamos casi al instante que la actividad allí es intensa; niños con indumentaria deportiva ingresando acompañados de sus padres eran recibidos y saludados por Orlando. Hasta él fuimos y nos presentamos, amablemente nos invitó hasta un primer piso donde había clases de gimnasia artística para menores. En ese lugar llenos de colchonetas y adaptado para esa actividad pudimos charlar con la profesora Camila Magno, que nos dio una primera impresión del trabajo que realizan allí: “Las actividades aquí son para niñas, niños y adultos que realizan acrobacia de piso y aérea. Hay distintos horarios para que no se crucen adultos con menores”. Cuenta Camila, mientras siguen ingresando niños que la saludan afectuosamente. “yo hace aproximadamente hace cinco años que trabajo en esta Sociedad de Fomento. Aquí vienen chicos que son del barrio, es un espacio para la comunidad donde hay muchos colegios cercanos y bueno, les brindamos la posibilidad a cada uno de ellos de realizar una actividad recreativa que no sea competitiva y que además les guste” Afirma, y continua: “Es muy gratificante que salgan del colegio y puedan venir a una Sociedad de Fomento y no estén en otro lugar. Que tengan las puertas abiertas siempre, que puedan venir y jugar realizando o no la actividad esto es para ellos así que día a día es muy lindo verlos llegar con entusiasmo”. Cierra Camila, dejando en claro cuáles son las prioridades del lugar.
Saliendo del gimnasio en el primer piso vemos desde arriba dos canchas de paddle en excelente estado, estas son la principal fuente de ingreso en esta sociedad, pero además cuenta con un nini bar donde el aroma a medialunas nos dice que es la hora de la merienda. Allí nos volvemos a encontrar con Orlando, que ahora sí, nos concede un poco de su tiempo para charlar: “Esta sociedad de fomento nace en 1948, yo soy de 1960 así que de muy chiquito que estoy aquí. Fui la mascota del club a los tres años. De muy chico estoy en este barrio y vivo al lado, así que desde que tengo uso de razón yo vengo acá. Recuerdo en los ´70 los bailes acá o venir a jugar al fútbol, yo esto lo llevo en la sangre”. Afirma con una contundencia que nos hace entender todo. “Antes estaba la cancha de papi futbol, marcada para cancha de básquet y vóley, estaba la cancha de bochas y siempre presente la actividad social y siendo siempre el nexo entre la municipalidad y el vecino”. Esa articulación es la función primordial de la cual habla este presidente: “Desde aquí se articuló toda la iluminaria del barrio y también la última obra que fue hace cuatro meses, donde unos vecinos se autoconvocaron y logramos cambiar toda la red de agua. Desde Dorrego a Hernández y de Uriburu a la vía”. Concluye.
Pero hay una historia que merece ser contada y así lo relata Orlando: “Hoy hay un proyecto de la estación, que salió de esta Sociedad de Fomento hace muchos años, allá por los 60´ donde se presentaron todos los papeles. Ese proyecto en aquel momento no prosperó, pero se siguió insistiendo, y también por el impulso de los vecinos se logró reflotar. Este proyecto consiste en que el barrio tenga una estación de tren. Una parada, porque entre Quilmes y Bernal hay unas 15 o 18 cuadras, de Quilmes a Espeleta unas 45, y de Espeleta a Berazategui también hay entre 15 y 18 cuadras. Entre Espeleta y Quilmes es el trayecto más largo y en el medio está Juan Cruz Varela. Esto ya se está armando y es un viejo anhelo de esta Sociedad de Fomento. Todavía no está el nombre de la estación porque va a salir de las escuelas, hay algunos dando vueltas, pero prefiero no decirlos ahora”. Finaliza entre el orgullo que siente y la sonrisa dibujada en el rostro.
El lugar donde se encuentra el “Villa Antártida Argentina” en un barrio de clase media donde sus necesidades pasan por otro lugar, por lo que las exigencias son distintas: “los vecinos nos exigen seguridad, limpieza y la tranquilidad de venir a reunirse aquí”. Aseguró.
Las actividades luego de una hora en el lugar están a pleno porque mientras charlamos con Orlando el ingreso de gente es constante: “En Gimnasia artística tenemos ya 60 niñas que van de los 5 a los 18 años y también para adultos. También hay un lugar pequeño donde la gente adulta puede realizar otro tipo de ejercicios, y además tenemos taekwondo dos veces por semana” Agregó, pero continua: “Nuestro fuerte es el paddle. Tenemos tres profesores que dan clases, y con uno de ellos presentamos un proyecto en la municipalidad del cual mucho no quiero hablar todavía para no quemarlo jeje, pero es un lindo proyecto que queremos realizar. Todas las actividades tienen un costo, pero el valor es ínfimo porque la idea es que vengan, nos sustentamos con la cuota social y el alquiler de canchas de paddle, con el solo fin de cubrir los costos”. Cerró.
En la recorrida final Orlando nos muestra todos los recovecos del lugar, las instalaciones que fueron haciendo con el esfuerzo y el correr de los años, y los tan mencionados proyectos. El entusiasmo y la alegría que le brotan a este presidente habla del orgullo que siente por lo realizado. No habrá para esta gente impedimento alguno para sus anhelos que no solo terminan en obres: “El ´fomentismo´ y el sentido de pertenencia que me inculcaron a mí me gustaría que trascienda. El brindarse por completo a las necesidades del vecino sale de adentro, lo aprendimos así. Esto es siempre al servicio de la comunidad, al servicio del vecino, y así debe seguir”. Finalizó.
Nos vamos emocionados y con muchas certezas, pero la principal es que no solo pasión, la dedicación y el esfuerzo logran lo que se logró en la Sociedad de Fomento Villa Antártida Argentina. Aquí se pensó, se articuló, se consensuó y se proyectó cada obra realizada como un gimnasio o una cancha de paddle. Una obra para cambiar la red de agua o el sueño de una estación de tren para todo el barrio. Inclaudicables y soñadores.
Claudio Calleros